Cuándo rechazar las operaciones propuestas en ginecología

¡Hola! Hoy hablaremos sobre los casos en los que es conveniente rechazar un tratamiento quirúrgico propuesto. A pesar de los grandes avances en la medicina, no siempre es necesario recurrir a la cirugía. El gran cirujano Pirogov decía: "La mejor cirugía es la que se logra evitar". Veamos cuándo la cirugía no es necesaria y la observación es la mejor opción.

1. Erosión cervical

Muchos creen erróneamente que la ectopia cervical (anteriormente llamada erosión) requiere intervención quirúrgica obligatoria. En realidad, es una condición fisiológica que no necesita tratamiento. La cauterización puede ser perjudicial, ya que interfiere con el diagnóstico adecuado del estado del cuello uterino.

  • Cuándo no se requiere cirugía: presencia de displasia cervical o inflamación que sí necesita tratamiento.

2. Quiste de Naboth

Estos son pequeños quistes en el cuello uterino que se forman cuando los conductos de las glándulas se cierran. No requieren tratamiento y no representan un peligro.

  • No es necesario extirparlos, incluso si dificultan la colocación de un dispositivo intrauterino.

3. Quistes ováricos

3.1. Quistes simples de hasta 3 cm

Estos quistes son seguros y no requieren cirugía si no crecen ni causan síntomas. Solo se deben observar mediante ecografías regulares.

3.2. Quistes endometriósicos

Si el quiste es pequeño y no causa síntomas, puede observarse. No es necesaria una operación si no hay dolor crónico ni otras complicaciones.

4. Mioma uterino

El mioma uterino en forma de pequeños nódulos de hasta 3-4 cm, localizados en la parte externa del útero, no requiere extirpación si no causa dolor, no interfiere con el ciclo menstrual ni afecta la fertilidad.

  • Si el mioma no cambia la forma de la cavidad uterina, solo debe ser observado.

5. Quistes funcionales de ovario

Los quistes foliculares y los quistes del cuerpo lúteo son tipos típicos de quistes funcionales que a menudo desaparecen por sí solos en 2-3 meses. En estos casos no es necesaria cirugía, si el quiste no causa dolor ni complicaciones.

  • Cuándo no se requiere cirugía: si el quiste no se rompe ni aumenta de tamaño.

Conclusión

Recuerda que cualquier cirugía debe estar debidamente justificada. Es importante entender que incluso las intervenciones benignas pueden conllevar riesgos, y solo deben realizarse cuando sea realmente necesario. Si te proponen una operación, siempre evalúa todos los riesgos y consulta con varios especialistas.

¡Cuida tu salud y no te apresures a operar si no es imprescindible!

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